Permitidme que haga un salto atrás en el tiempo y vuelva a la dura etapa de la esclavitud. Para ilustrar aquella época os hablé de Harriet Tubman y el Ferrocarril Subterráneo. Y os mencioné a Frederik Douglass, autor del libro "Vida de un esclavo americano, contada por él mismo". Permitidme que hoy me entretenga en contaros algunos detalles de su azarosa vida.
Frederick Douglass nació esclavo en 1818 en el condado de Talbot en Maryland. Su madre, Harriet Bailey, era una de tantas esclavas violadas por su amo, a quien Douglass nunca conoció, por lo que Frederik era de piel clara. En Maryland era costumbre separar pronto a los hijos esclavos de su madre, y antes de cumplir los 6 años de edad, Frederik se quedó sólo, trabajando en la plantación, con escasa comida, sin zapatos ni pantalones, ni un lugar caliente donde dormir más que el frío suelo. Sin embargo, como recordaba e su autobiografía, fue capaz de encontrar consuelo y fuerza para resistir en los Espirituales que se cantaban en la plantación. En sus escritos explicaba el espíritu que movía a los esclavos con sus cantos:
"Desde que llegué al norte, a menudo me he quedado completamente asombrado al encontrar personas que hablaban del canto entre los esclavos como si fuera manifestación de felicidad. Es imposible concebir un error más grande. Los esclavos cantan más cuanto más descontentos están. Los cantos del esclavo representan los dolores de su corazón. Y el canto les alivia como un corazón dolorido se alivia con sus lágrimas. Al menos, esa es mi experiencia. Muchas veces he cantado para ahogar mi pena, pero rara vez para expresar mi felicidad. Llorar de alegría y cantar de alegría eran poco comunes para mí mientras estaba en las fauces de la esclavitud."
A los 8 años fue vendido a un hombre llamado Hugh Auld, un patrón cruel aficionado a golpear a sus esclavos. Su esposa, Sophia, nunca antes había tenido esclavos, y se ocupaba de que tuvieran donde descansar y estuvieran bien alimentados. Con el tiempo su comportamiento hacia los esclavos se fue asimilando al de su marido, pero su ignorancia inicial la empujó a enseñar a Frederik a leer y escribir, lo que le abrió no solo la curiosidad, sino también la inquietud por encontrar la libertad. |
Pero, a los 15 años sus amos decidieron entregarle durante un año en manos de Edward Covey quien recibía esclavos cobrando a los amos a cambio de "domesticarlos". En palabras del propio Douglass era un "nigger-breaker". La dureza de las continuas palizas llevó a nuestro protagonista a tomar la decisión de fugarse en cuanto le fuera posible.
La ocasión de fugarse le llegó el 3 de septiembre de 1838. Douglass suplantó la identidad de un marinero y se subió en Baltimore a un tren con destino a Nueva York donde, por primera vez en su vida, pudo recibir en sus propias manos, la recompensa por su trabajo. "Poco después de mi llegada a Nueva York escribía a un amigo diciéndole que me sentía como alguien que acababa de escapar de la cueva de unos leones hambrientos".
Douglass se convirtió en un destacado defensor del abolicionismo, dando conferencias y escribiendo sobre las injusticias de la esclavitud. Además de su autobiografía, fundó un periódico abolicionista, "The North Star", donde publicaba artículos sobre la esclavitud y la igualdad racial.
El Espiritual Negro fue una herramienta importante en la lucha por la libertad. Douglass reconoció su poder y los utilizó en sus discursos y escritos para inspirar a otros a luchar por la abolición. En su discurso "The Meaning of July Fourth for the Negro", Douglass habla de cómo estas canciones expresaban la esperanza y la resistencia de los esclavos. |
Frederick Douglass falleció en 1895, dejando un legado de lucha por la libertad y la igualdad. Su activismo y sus escritos inspiraron a generaciones de afroamericanos a luchar por sus derechos. Los Espirituales Negros que cantaba siguen siendo un poderoso símbolo de la esperanza y la resistencia del pueblo afroamericano.
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