Una vez que hemos hablado de Harry T. Burleigh, quien dio la forma más conocida en nuestros días a numerosas obras del Espiritual Negro, podemos centrarnos en conocer un poco más de algunas de ellas.
La primera que he escogido es "Deep River", que ya pudimos escuchar como encabezamiento de una entrada anterior.
"Deep River" ha sido considerada por alguno autores como la melodía más hermosa de todo el Espiritual Negro, y probablemente así lo sea, ya que tiene la capacidad de remover el espíritu de quien la escucha, especialmente si la interpreta de manera solemne un excepcional contrabajo como fue Paul Robeson, en el vídeo que encabeza esta entrada.
Curiosamente, "Deep River" no aparece en los primeros catálogos publicados de Espiritual Negro, lo que significa que no era ampliamente conocida por los esclavos. Su aparición estelar se nos presenta en el listado de canciones que acompaña el relato de las aventuras del primer coro góspel, los Fisk Jubilee Singers. De ahí la tomó Burleigh, realizando las adaptaciones necesarias, y simplificándola, para convertirla en la emocionante obra que conocemos hoy.
"Deep River"nos pone en la piel del pueblo de Israel, que había sido liberado de la esclavitud en Egipto pero que, por la dureza de su corazón, fueron castigados a vagar por el desierto 40 años hasta que ninguno de quienes cruzaron el Mar Rojo pudiera atravesar la linde de la Tierra Prometida. Pero es al llegar a este punto, justo cuando están a punto de alcanzar su plena liberación, cuando deben cruzar el río Jordán y surge de sus gargantas el canto que tenemos entre manos. Su letra es muy sencilla:
INGLÉS
Deep river, my home is over Jordan.Deep river, Lord, I want to cross over into campground. Oh, don't you want to go to that Gospel-feast? That Promised Land, where all is peace? I'll go into Heaven and take my seat. Cast my crown at Jesus' feet. Oh, when I get to Heav'n, I'll walk all about. There's nobody there for to turn me out. |
ESPAÑOL
Río profundo, mi hogar está al otro lado del Jordán.Río profundo. Señor, quiero llegar a mi lugar de reposo. ¿No quieres llegar a la fiesta de la buena nueva? ¿A la Tierra Prometida, donde reina la paz? Iré al Cielo y tomaré mi asiento Y pondŕe mi corona a los pies de Jesús. Oh, cuando llegue al Cielo, lo recorreré por completo. Y no habrá nadie que mande afuera. |
Sin duda, la estrofa más conocida, por ser la incluida en la versión de Burleigh, es la primera ("Oh, dont you want to go..."). Pero he querido incluir las otras dos, existentes en la version de los Fisk Jubilee Singers porque, a mi juicio, revelan aquello que explicábamos del triple propósito de las canciones de los esclavos: la liberación de las cadenas, la vida eterna y la guía para la escapatoria de la esclavitud.
Esta canción nos cuenta un episodio de la historia del Pueblo Elegido. Pero también nos habla del ansia de quienes la cantaban de liberarse de las cadenas y, más aún, de liberarse de las penalidades de esta vida terrena para poder alcanzar la Casa del Padre.
Hay numerosas interpretaciones de esta hermosa obra, y todas son preciosas, porque lo es la base a partir de la que se interpreta. Te animo a que busques y encuentres tu favorita.
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